Escrito por Doc Bárbara García el 5 de agosto de 2025
**¿Cuántos años tenías cuando alguien te hizo el primer comentario negativo sobre tu cuerpo?**\ Esa es la pregunta con la que empieza la encuesta que estoy realizando como parte de una investigación que cruza salud sexual, autoestima corporal y vínculos. La mayoría de las personas no necesita mucho tiempo para recordar ese momento. A veces fue un familiar. Otras veces, un o una profesional de salud. Muchísimas veces, una mujer, educada para repetir lo que también recibió.\ Lo cierto es que **ese comentario, que puede parecer "inocente" o "constructivo", suele dejar marcas que persisten por años.**
Esta encuesta forma parte de un proyecto que quiero llevar a la academia, a congresos de salud, sexualidad y feminismos, y también a espacios de comunicación, donde se siguen reproduciendo discursos violentos sobre los cuerpos, sin perspectiva de género ni salud mental.
Es también parte de mi historia.
Mi propio Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) empezó a los 11 años. En ese momento no sabía cómo defenderme, ni siquiera entendía que había algo injusto en lo que me decían.
Hoy, como médica, sexóloga y comunicadora, quiero aportar a cambiar eso. No solo visibilizando, sino también ofreciendo herramientas concretas para sanar y responder de otro modo.
Los comentarios sobre el cuerpo no solo impactan en cómo comemos o nos miramos. También afectan cómo nos sentimos deseables, cómo pedimos placer, cómo nos mostramos y nos vinculamos.
Muchas personas que responden la encuesta cuentan que:
Esto no es menor. Porque si el goce es un derecho, la vergüenza también es una forma de opresión.
En la encuesta, se utilizan 15 afirmaciones que invitan a reflexionar sobre el impacto emocional, corporal y sexual de los comentarios sobre el cuerpo. Cada persona puntúa del 1 al 5 cuánto se identifica con cada frase.
Esta escala está inspirada en la Sexual Self-Esteem Inventory (SSEI), una herramienta científica que evalúa:
La suma final no es un diagnóstico. Es una brújula. Y si al sumar tus respuestas algo te hace ruido, ese ruido también es un dato.
Tal vez te dijeron algo que dolió. Tal vez aún no sabés qué decir cuando vuelve a pasar. Acá te comparto algunas respuestas posibles para ayudarte a poner un límite, marcar una diferencia y cuidar tu espacio:
Ponerle palabras al límite es una forma de cuidado. También de resistencia.
Responder esta encuesta, leer este artículo o compartirlo es una forma de hacer prevención en salud sexual.
No siempre podemos cambiar lo que nos dijeron, pero sí podemos cambiar lo que hacemos con eso.
Si sentís que lo que leíste te tocó alguna herida, que algunas frases del formulario resonaron más de lo que esperabas, eso también es una señal.
Podés hablarlo con une terapeuta, con una sexóloga, con alguien que te escuche sin juicio.
Gracias por sumar tu voz a esta investigación.
Gracias por animarte a mirar de frente lo que muchas veces fue silencio.
Gracias por no callarte más.
Con amor,
Barbi García — Sexualidades Libres
👩⚕️ Ginecóloga, sexóloga y activista del placer
Tus respuestas son anónimas y vas a poder ver lo que otres personas compartieron. Este formulario seguirá activo y sus resultados serán parte de futuras publicaciones, charlas y acciones para transformar la forma en que habitamos nuestros cuerpos.